miércoles, 3 de junio de 2015


RÍETE MAMÁ

Esas son algunas de las peticiones de mi hijo antes de dormir. Siempre lo consigue; trato de guardarlo cual mantra vital.
Qué capacidad tan preciosa tienen los niños de hacernos reír.

Ya empiezo a echar de menos a los pequeños genios con los que comparto el año escolar; hice caso a uno de ellos y les saqué una foto para tenerles más cerca. Una tiene suerte y está rodeada de muchos maestros de todas las edades.

Me enseñan tanto; esa capacidad infinita de ver el mundo y todo lo que acontece desde miles de perspectivas. Reconozco que es tan agotador como reconfortante  el tiempo que paso con ellos. Son exigentes en el fondo y en las formas.

No sé si alguna vez fui todo lo niña que quise y sí se que quiero seguir siendo una niña, sintiéndome fresca, libre y con ganas de aprender.


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