Y NO ME DEJAN EN PAZ
Se lo he pedido en numerosas ocasiones; que me dejen en paz, que no me interesa lo que me cuentan.
Y aunque los que me molestan se fueron; ellas no me dejan en paz. Se han quedado en mi cabeza. Ideas, opiniones, críticas. Nada que me interese, nada que sume.
Tendré que echarlas. O mejor, primero dejaré que pululen por mi cabeza como se fuera la de otro y luego me despediré de ellas con la certeza de que es un adiós de los buenos. Y si aún no han entrado, que no se molesten en llamar. No hay nadie.
Alguien ya lo dijo: "No hay mayor desprecio que el menor aprecio".