EL SILENCIO DEL DORMIDO
Me despierto al amanecer y complacida entre las sábanas valoro la fortuna del momento; calentita, bien acompañada, con calma exterior e interior.
Y escucho el silencio del amanecer.
Sin saber muy bien cómo, mi pensamiento se posa en el silencio del dormido y llego a la conclusión de que ha de ser ,en el mejor de los casos, plácido y reconstituyente; otra posibilidad es el silencio de una sociedad adormilada, aturdida y apática con todo lo que está sucediendo.
Probablemente tenga pesadillas.
Comencemos pues a despertar.
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