¿No ves qué bien me ha ido a mi?
- Hay que hacerse respetar.
- La vida es dura.
- No te puedes fiar.
- Algo habrá hecho para que le pase eso.
- Antes que otro, yo.
- Cada uno a lo suyo.
- Yo soy ordenado...
- No sirve para nada.
- A mí no me van a decir cómo tengo que...
- Las cosas pasan y punto.
- Las emociones son cosas de sensiblones.
- Las emociones no dan de comer.
- No hay que andarse con tonterías.
- Primero lo mio, después se verá...
- Tú aprende bien matemáticas, el resto vendrá sólo.
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= ¿No me ves a mi?
Hay muchas más frases similares que sumadas y reiteradas en una misma persona pueden ser sinónimo de estancamiento o toxicidad. Si eso le ocurre a un grupo o sociedad hablamos de criadero de sabandijas.
Ahora toca ser valientes ; abrazar a la vida con todo lo que supone, bailar las melodías que traiga y elegir nosotros la que queremos de fondo (esa con la que bailamos a gusto).
Y no valen excusas; seamos valientes hasta para excusarnos.
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