jueves, 20 de noviembre de 2014

COMO UNA VALLA PUBLICITARIA

Puede parecer un tanto extraño eso de parecer una valla publicitaria. Para mí no lo es. Aunque no nos demos cuenta, nuestra cara, nuestro cuerpo, nuestra forma de expresarnos y manifestarnos nos delatan.

Queremos que no se sepa, no queremos hablar de ello, queremos que pase sin hacer demasiado caso de lo que estamos pensando y sintiendo. Sólo hace falta mirar a los ojos para saber que somos un espejo de todo lo que sucede dentro; lo mejor y lo peor.


Así, podemos decir que , en muchas ocasiones, somos pequeñas vallas publicitarias que tratan de vender lo que no tienen porque decimos que estamos bien pero no es así. Muy difícil de vender y de comprar.

No se tratan de publicitar nuestras penas ni tristezas ni tampoco de esconder lo que hay o de fingir lo que no hay. Es lo que es y todo es transitorio. Esto es la vida.

Tampoco debemos olvidar que somos nosotros los que finalmente decidimos qué colocar en la valla y para qué lo hacemos.

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