Si es importante contar con buena salud física, no menos importante es la salud psíquica. Ahí es donde la Inteligencia Emocional ( conocernos bien a nosotros mismos, reconocer nuestras emociones y ser capaces de conocer y comprender a los demás) adquiere gran importancia.
La salud psíquica afecta notablemente a la salud física.
Cuando nuestra Inteligencia Emocional no "funciona bien" ó no sabe cómo responder en determinadas situaciones es cuando hace trabajar el doble al resto del organismo
( especialmente al estómago). Si la mente no sabe digerir bien la realidad y actuar al estómago se le complican las cosas.
Debemos enseñar a nuestro cerebro a cumplir sus funciones para no sobrecargar al resto de cuerpo y alterar al funcionamiento integral de nuestro cuerpo y alma.
( especialmente al estómago). Si la mente no sabe digerir bien la realidad y actuar al estómago se le complican las cosas.
Debemos enseñar a nuestro cerebro a cumplir sus funciones para no sobrecargar al resto de cuerpo y alterar al funcionamiento integral de nuestro cuerpo y alma.
El cuerpo hace dos digestiones: la psíquica (la mente digiere las emociones, los sentimientos, sensaciones, etc.) y la física (el estómago procesa los alimentos). Si la primera no cumple bien su función el estómago sufrirá y con él el resto del organismo (provocando alteraciones nerviosas, enfermedades, etc.).
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