Caen los copos de uno en uno, sin pausa pero sin prisa y van dejando el paisaje cubierto de blanco antes de que nos demos cuenta. Lo hace en silencio, como si la nieve estuviese concentrada en su tarea; hay que prepararlo todo, hay que dejarlo blanco.
Ver nevar da una sensación de relajación y paz similar a la de ver el fuego.
Parece que la naturaleza lo ha pintado todo de un mismo color para dar paso, varios días después a una explosión de colores con la llegada de la primavera.
La naturaleza es muy sabia. No es mala idea pararnos y reflexionar. No es mala idea darnos la oportunidad de empezar de nuevo y pintar nuestra realidad de un color puro y "neutro" para poco a poco llenarla de los colores, situaciones, personas, etc. que hayamos elegido.
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