Creo que ya lo tenemos suficientemente visto y creo además que es hora de que empecemos a mirar el ombligo de los de al lado.
Estamos atravesando una etapa crucial en la que los acontecimientos nos piden sobredosis de empatía, valores y solidaridad (y no precisamente con los corruptos,sean quien sean).
Es el momento de invertir en una nueva sociedad integrada por seres que no se han acostumbrado a la corrupción, ni a la manipulación; que no esté adormecida.
Parece que se nos olvida que todos hemos nacido con ombligo.
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